sábado, 22 de noviembre de 2008

Apocalipsis 12 versos 1-6

Apocalipsis

CAPÍTULO 12

Versos 1-6

Es importante comenzar nuestro estudio diciendo que usaremos la versión bíblica Reina Valera, Además que usaremos algunos libros electrónicos, manuscritos, folletos e ideas integrales de otros autores, a los cuales daremos crédito al final de este estudio, poniendo la fuente de donde fueron tomadas dichas ideas o comentarios; pues nuestra único propósito es contribuir con el conocimiento de la ciencia de esta profecía arrogando toda la luz posible y eso incluirá todas aquellas fuentes a que tengamos acceso.

Esta es la Visión de la mujer y el dragón, aquí el orden de eventos es muy importante pues nos dará una idea paronímica de esta situación. 1 Una mujer vestida del sol y con dolores de parto. 4 El gran dragón rojo se para frente a ella, listo para devorar a su hijo. 6 La mujer es librada y huye al desierto.

Apocalipsis

CAPÍTULO 12:

Vers 1

“Una gran señal apareció en el cielo. Una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”.

Apocalipsis 12:1 comienza con la visión que tiene Juan de una madre simbólica que aparece en el cielo "vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas". Está encinta y ansiosa de dar a luz (vers. 2), y Satanás está presente en forma de dragón listo para "devorar a su hijo tan pronto como naciese" (vers. 4). Milagrosamente, el niño escapa y es "arrebatado para Dios y para su trono" (vers. 5).

Si se trata de interpretar estas Escrituras literalmente, conjeturando que la mujer es la Virgen María, inmediatamente surgen muchas preguntas. Los que aceptan esta interpretación razonan de esta manera: "Después de todo, ¿no fue la Virgen María la que dio a luz al Niño Jesús, y no fue su Hijo el objeto primordial de la saña del diablo? Por lo tanto, ¡la 'mujer' tiene que ser María!" A manera de respuesta, notemos lo siguiente: En primer lugar, Juan vio "una gran señal" en el cielo e inmediatamente la reconoció como algo de gran importancia para el mundo.

Señal.

Gr. s'méion, "señal", "marca", "prenda", de s'máinÇ, "dar señal", "significar", "indicar" (ver com. cap. 1: 1). s'méion se traduce frecuentemente como "milagro" (Hech. 4: 22; 8: 13); describe un milagro como señal de autoridad (ver t. V, p. 199). En Apoc. 12: 1 s'méion significa una señal que anuncia acontecimientos venideros.

Aunque él conocía muy de cerca a María, jamás declaró: "¡He aquí veo la figura glorificada de la madre de mi Señor en el cielo"! En segundo lugar, ¿se ha oído alguna vez de una mujer "con la luna debajo de sus pies", o "vestida del sol?" En tercer lugar, ¿se ha visto alguna vez un dragón y, para colmos, uno que tenga "siete cabezas"? Por lo tanto, estas palabras han de tener una aplicación simbólica a eventos literales. ¿Y acaso no es esto lo que esperaríamos descubrir dado que "la revelación de Jesucristo" es algo que Dios le dio y "la declaró enviándola [a través de señales, o símbolos] por medio de su ángel a su siervo Juan..."? (Ap. 1:1). ¿Y no era esta una manera excelente de revelar información confidencial a sus fieles seguidores que vivían bajo un gobierno totalitario y que para el lector ocioso y desinteresado no resultaba ser más que una jerga de palabras e imágenes? ¡Cuán sabio es, y cómo cuida de su pueblo el Dios de las Sagradas Escrituras!

Mujer.

En el AT la verdadera iglesia se simboliza algunas veces por medio de una mujer (Isa. 54: 5-6; ). Cuando la iglesia apostató, fue comparada con una mujer corrompida (Jer. 3: 20; ). Los mismos símbolos aparecen en el NT (Efe. 5: 25-32; Apoc. 17: 1-3).

En Apoc. 12 la mujer representa a la verdadera iglesia. Esta mujer, que está por dar a luz a Cristo (vers. 2, 4-5) y es perseguida después de la ascensión de Cristo (vers. 5, 13-17), representa a la iglesia tanto del AT como del NT.

"Una mujer," significa la iglesia verdadera. (2 Corintios 11: 2.) “Os celo con celo de Dios. Porque os he desposado con un solo esposo, con Cristo; para presentaros a él como una virgen pura”. (Jeremías 6:2.) “A mujer hermosa y delicada comparare a la hija de Sión”. (RV 1569)

Una mujer corrompida suele representar a una iglesia apóstata o corrompida. (Ezequiel 23:3-4; Apocalipsis 17:3-6, 15, 18.) Por analogía, una mujer pura, como en este caso, representará a la iglesia verdadera.

Así que, ¿será posible que la "mujer" de Apocalipsis 12 represente a la "la verdadera iglesia" y no a la Virgen María? Le dejo a usted responder esta pregunta pues esta sumamente facil.

¿Cuál es el significado de "la mujer" vestida de "sol"? Cierto día, muy temprano de mañana, Jesús se hallaba ministrando en el templo de Jerusalén cuando señaló el sol que se levantaba en todo su esplendor sobre el Monte de los Olivos y a propósito pronunció las siguientes palabras: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Juan 8:12). Malaquías, el último de los profetas del Antiguo Testamento, describió al Prometido como "el Sol de justicia". (Mal. 4:2). Cuando estaba en visión en la Isla de Patmos durante la última década del primer siglo de nuestra era, Juan vio "una mujer vestida del sol" - o sea, ¡vestida de la gloriosa luz del "Sol de Justicia"! Claramente, este evento trascendental se aplica al nacimiento del Dios-Hombre, el Mesías. ¡La noticia más importante de todos los siglos es que el Libertador por largo tiempo prometido ha llegado! La mujer pulcra - por largo tiempo reconocida por el ahora envejecido Juan como una representación de los fieles seguidores de Dios tanto en los tiempos del Antiguo Testamento como los del Nuevo - ¡ahora por fin aparece iluminada por el brillante resplandor de su inmediata Presencia!

"El sol" significa aquí la luz y la gloria de la era evangélica. "La luna" es el símbolo de la época mosaica. Como la luna resplandece con una luz derivada del sol, así también la era anterior brilló por la luz derivada de la actual. Tenían entonces los tipos y las sombras; nosotros tenemos ahora el antitipo y la substancia.

Cantares 6:10 “¿Quién es ésta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden?”

Corona.

Gr. stéfanos, una corona de vencedor (ver com. Mat. 27: 29; Apoc. 2: 10), no diád'ma, una corona real (ver com. "diademas", cap. 12: 3).

Doce estrellas.

Los comentadores han aplicado en general este símbolo a los 12 patriarcas a los 12 apóstoles, o a ambos. Puesto que el énfasis principal del cap. 12 es sobre la iglesia del NT, sin duda debe referirse a los 12 apóstoles; pero el cuadro de las 12 tribus también continúa al mismo tiempo en la iglesia del NT como lo vemos en Apocalipsis 7:4-8

"Una corona de doce estrellas" simboliza apropiadamente los doce apóstoles. La "mujer" lleva "una corona de doce estrellas" que representa a los doce apóstoles. "Por anticipación, se nos presenta a la iglesia plenamente organizada, con sus doce apóstoles, antes que aparezca en el escenario el hijo varón, Cristo. Había de quedar así constituida inmediatamente después que Cristo comenzase su ministerio; y él está más definidamente relacionado con esta iglesia que con la época anterior" (Las Profecías de Daniel y el Apocalipsis, t. 2, p. 191). Para Juan, con su perspectiva de la conclusión de la Era Apostólica y el comienzo de la otra descrita en su visión de Apocalipsis 12 que apenas entraba en sus primeras etapas, dicha anticipación parecería tanto lógica como apropiada. Y lo es para nosotros también hoy día.

Vers.2 “Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.”

Después de todo, los eventos del nacimiento de Cristo y de su corta vida aquí en la tierra, descritos en la visión de Juan, tuvieron tanto impacto sobre el desarrollo de la historia de nuestro mundo que hoy día universalmente se designan los años como antes y después de Cristo (en español, esto se abrevia con las iniciales a.C. y d.C.). En general, inclusive María, formaba una pequeña pero importante parte de la "mujer" descrita en la visión de Juan.

De toda esta información dilucidada hasta el momento, se desprende el hecho de que "su hijo", Jesucristo, nació para beneficio de la iglesia verdadera. Él fue un don del cielo para los fieles seguidores de Dios en esta tierra condenada por el pecado.

Vers 3 “También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;”

El verso 9 aclara quien es el dragón y quienes lo acompañan los cuales simbolizan estrellas.

“Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”

Siete cabezas.

También aparecen siete cabezas en la bestia que Juan vio surgir del mar 823 (Apoc. 13: 1) y sobre la bestia bermeja (cap. 17: 3). Las cabezas del cap. 17: 9-10 se identifican como "siete montes" y "siete reyes". Es, pues, razonable concluir que las siete cabezas del dragón representan poderes políticos que han fomentado la causa del dragón, y por medio de los cuales este ha ejercido su poder perseguidor. Algunos sostienen que el número "siete" se usa aquí como un número que indica plenitud, y que no es necesario identificar precisamente a siete naciones por medio de las cuales haya obrado Satanás. Cf. com. cap. 17: 9-10.

Diez cuernos.

La bestia de los cap. 13 y 17 también tenía cada una diez cuernos. Algunos sostienen que los diez cuernos del dragón son idénticos a los de las dos bestias, y que los de la segunda bestia (Apoc. 17: 7) son idénticos a los diez cuernos de la cuarta bestia de Dan.7.

Recordemos que todo lo que pasa en el cielo tiene repercusiones aquí en la tierra es por eso que sigue este capitulo de esta manera.

Vers 4 “y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.

"la tercera parte de las estrellas del cielo" representa una tercera parte de los ángeles celestiales que se unieron con Satanás en su rebelión y fueron expulsados del cielo (ver 1JT 312; 2JT 103).

De cada tres Ángeles de todos los niveles en el cielo este engañador logro convencer a uno para que se sumase a su obra maligna. Luego en el trascurrir del tiempo casi 4,000 años después ya en la tierra comenzó su nueva etapa de persecución con aquel quien odia desde el cielo y de quien quería su trono Jesús el hijo de Dios quien es igualmente Dios, aunque el no quería, ni quiere reconocerlo.

Resultará ahora fácil descubrir cuál es el poder simbolizado por el dragón, porque éste representa a algún poder que intentó destruir a Cristo cuando nació. ¿Se realizó alguna tentativa tal? ¿Quién la hizo? Ninguna respuesta necesita cualquiera que haya leído cómo Herodes, en un diabólico esfuerzo por destruir al niño Jesús, mandó matar a todos los niños de Belén de dos años para abajo. Pero ¿quién era Herodes? Era un gobernador romano, pues su poder derivaba de Roma, que reinaba entonces sobre todo el mundo (Lucas 2:1), y por lo tanto desempeñó un papel como actora responsable en ese acontecimiento. Además, Roma era el único gobierno terrenal que en aquel entonces podía verse simbolizado en la profecía, por la sencilla razón de que su dominio era universal. Tienen pues los comentadores protestantes en general razones concluyentes para considerar que el Imperio Romano es el poder indicado por el gran dragón bermejo.

¡Se trata de símbolos! En la visión, el dragón es visto en el cielo - sin embargo, Jesús, como es bien sabido, nació en la tierra. Entonces, ¿qué representa en la tierra el símbolo del dragón? Todos los que han oído la historia de la Navidad saben que fue el Rey Herodes quien envió soldados a Belén para destruir a todos los niños varones, esperando matar entre ellos a Jesús. Los soldados de Herodes no encontraron al niño Jesús porque Dios por medio de un sueño les había avisado a sus padres que escaparan. El rey Herodes era un títere de los romanos. Todo el mundo conoce también a Poncio Pilato - otro administrador romano - que entregó a Jesús para ser crucificado. Fue Roma la que intentó destruir a Jesús. El gran dragón escarlata representa primeramente a Satanás - y en segundo lugar a su agente Roma, que actúa de parte de Satanás.

Tal vez merezca mencionarse el hecho de que durante el segundo siglo, el tercero, el cuarto y el quinto de la era cristiana, el dragón era, después del águila, la principal enseña de las legiones romanas. Ese dragón se pintaba en rojo, como para corresponder fielmente al cuadro presentado por el vidente de Patmos y proclamar: Roma es la nación representada aquí.

Como lo hemos visto. Roma intentó destruir a Jesucristo por la maquinación infernal de Herodes. El niño nacido a la iglesia que esperaba y velaba, era nuestro Redentor adorable, que pronto ha de regir las naciones con vara de hierro. Herodes no pudo destruirlo. Todas las potencias combinadas de la tierra y del infierno no pudieron vencerlo. Aunque la tumba lo tuvo un momento en su poder, rompió sus crueles ligaduras, abrió un camino de vida para la humanidad, y fue arrebatado a Dios y su trono. Ascendió al cielo a la vista de sus discípulos, dejándoles a ellos y a nosotros la promesa de que volvería.

No cabe la menor duda de que el hijo varón representa a Jesucristo. Es igualmente evidente el tiempo al cual se refiere la profecía. Fué el tiempo en que Cristo apareció en este mundo como niño en Belén.

Por eso nos dice el verso

5 “Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.”

"Triunfantemente, después que Satanás y Roma mataron a nuestro Salvador, Jesús se levantó de los muertos y 'fue arrebatado para Dios, y para su trono' (Apocalipsis 12:5), donde 'vive siempre' como Sumo Sacerdote 'para interceder por ellos' (Hebreos 7:25, 26).

El testimonio concerniente al "hijo varón" que el dragón procura destruir resulta aplicable solamente a un ser que haya aparecido en esta tierra, a saber nuestro Señor Jesucristo. Ningún otro fué arrebatado a Dios y a su trono. Pero él sí fué así exaltado. (Efesios 1:20, 21; Hebreos 8:1; Apocalipsis 3:21.) Ningún otro recibió de Dios la comisión de regir todas las naciones con vara de hierro, pero él sí fué designado para esta obra. (Salmo 2:7-9.)

Arrebatado.

Una referencia a la ascensión de Jesucristo (Heb. 1:3; 10:12). Para cumplir mejor el propósito de esta profecía, el simbolismo pasa completamente por alto el relato de la vida, obra, sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús. Sólo se menciona su ascensión.

Vers 6 “Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.”

"Frustrado en su intento de dar muerte al Hijo, el gran dragón escarlata dirige ahora su odio contra la madre del Hijo. Pero la mujer huyó al 'desierto', donde 'tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días'" [Ap. 12:6] (Dios Revela el Futuro, t. 2, p. 321).

Como veremos más adelante, la experiencia de "la mujer" [desde la ascensión de Cristo al trono de su Padre hasta que el "resto de su simiente" aparezca y termine la obra de Dios en la tierra poco antes de cerrar el tiempo de gracia en los últimos días] cuadra mejor con la historia de la iglesia que con la Virgen María.

La iglesia huyó al desierto cuando el papado quedó firmemente establecido en 538, y allí fué sustentada por la palabra de Dios y el ministerio de los ángeles durante la larga, sombría y sangrienta dominación de aquel poder durante 1.260 años.

Desierto.

Gr. ér'mos, "lugar abandona desierto, vacío", "lugar deshabitado". Representa sin duda un lugar de retiro u oscuridad, una región o paraje en donde la iglesia estaría oculta, lejos de la mirada de los hombres. Ver Apoc. 17:3.

Lugar.

A este paraje se hace referencia en el vers. 14 como "su lugar". La idea que encierra este pasaje es que la protección y el asilo del desierto que halló la mujer fueron divinamente escogidos y preparados.

Días.

Este período de 1.260 días se menciona siete veces y en tres diferentes maneras en los libros de Daniel y Apocalipsis: 1.260 días (Apoc. 11: 3; 12: 6), 42 meses (Apoc. 11: 2; 13: 5) y 3 1/2 tiempos (Dan. 7: 25; 12:7; Apoc. 12: 14). Para el cálculo de este período, ver Dan. 7:25. Los adventistas creen que este período transcurrió desde 538 d. C. hasta 1798. Durante este período la mano de Dios cuidó de la iglesia, protegiéndola para que no fuera exterminada.

Conflicto de los siglos lo describe esto de la siguiente manera:

“En el siglo sexto el papado concluyó por afirmarse. El asiento de su poder quedó definitivamente fijado en la ciudad imperial, cuyo obispo fue proclamado cabeza de toda la iglesia. El paganismo había dejado el lugar al papado. El dragón dio a la bestia "su poder y su trono, y grande autoridad." (Apocalipsis 13: 2, V.M.; véase el Apéndice.) Entonces empezaron a correr los 1260 años de la opresión papal predicha en las profecías de Daniel y en el Apocalipsis. (Daniel 7:25; Apocalipsis 13:5-7.) Los cristianos se vieron obligados a optar entre sacrificar su integridad y aceptar el culto y las ceremonias papales, o pasar la vida encerrados en los calabozos o morir en el tormento, en la hoguera o bajo el hacha del verdugo. 59 Entonces se cumplieron las palabras de Jesús: "Seréis entregados aun de vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre." (S. Lucas 21: 16, 17.) La persecución se desencadenó sobre los fieles con furia jamás conocida hasta entonces, y el mundo vino a ser un vasto campo de batalla. Por centenares de años la iglesia de Cristo no halló más refugio que en la reclusión y en la obscuridad. Así lo dice el profeta: "Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días." (Apocalipsis 12: 6.)

El advenimiento de la iglesia romana al poder marcó el principio de la Edad Media. A medida que crecía su poder, las tinieblas se hacían más densas. La fe pasó de Cristo, el verdadero fundamento, al papa de Roma. En vez de confiar en el Hijo de Dios para obtener el perdón de sus pecados y la salvación eterna, el pueblo recurría al papa y a los sacerdotes y prelados a quienes él invistiera de autoridad. Se le enseñó que el papa era su mediador terrenal y que nadie podía acercarse a Dios sino por medio de él, y andando el tiempo se le enseñó también que para los fieles el papa ocupaba el lugar de Dios y que por lo tanto debían obedecerle implícitamente. Con sólo desviarse de sus disposiciones se hacían acreedores a los más severos castigos que debían imponerse a los cuerpos y almas de los transgresores. Así fueron los espíritus de los hombres desviados de Dios y dirigidos hacia hombres falibles y crueles; sí, aun más, hacia el mismo príncipe de las tinieblas que ejercía su poder por intermedio de ellos. El pecado se disfrazaba como manto de santidad. Cuando las Santas Escrituras se suprimen y el hombre llega a considerarse como ente supremo, ¿qué otra cosa puede esperarse sino fraude, engaño y degradante iniquidad? Al ensalzarse las leyes y las tradiciones humanas, se puso de manifiesto la corrupción que resulta siempre del menosprecio de la ley de Dios.” CS Pág. 58 y 59

Por ahora aremos un stop y analizaremos los versos 7 -17 en otros estudios que agregaremos sobre este capitulo que Dios te bendiga y si esta información te aya ayudado a comprender este tema de vital importancia. No dejes de compartir un breve comentario sobre esta el cual puedes colgar en esta misma pagina al final donde dice comentarios. Y por favor no olvides orar por nosotros, pues queremos llevar por todo el mundo estas verdades presentes para que la gloria de Dios ilumine toda la tierra con su verdad que santifica.

Todos los conceptos emitidos pueden ser sostenidos y demostrados por este humilde servidor donde sea y cuando sea posible dentro de nuestra apretada agenda de presentaciones y recopilaciones bíblicas de la verdad que os libertara al Ser conocida ¡yo ya soy libre! ¿Y tú que esperas?

Únete al remanente de Dios que guarda los mandamientos y tiene la fe de Jesús; a este Israel espiritual que guarda el sábado como señal eterna entre el verdadero Dios y su verdadero pueblo en la tierra. Apocalipsis 12:17; 14:12; Ezequiel 20:20; éxodo 20

Bibliografía

1) La virgen María ¿esta muerta o viva? Copyrigh, 1997, Modern Manna Ministries en Internet:http://spanish.benabraham.com/html/la_virgen_maria_-__esta_muerta.html

2) Las Profecías de Daniel y Del Apocalipsis (Tomo I y Tomo II) by Urías Smith (Copyright 1949; Edición Revisada 1977, 1979) published by the Pacific Press Publishing Association, 1350 N. Kings Road, Nampa, Idaho 83687 USA, a wholly owned and operated Seventh-day Adventist publishing house.. E-mail: clt4@compuserve.com WWW: http://ourworld.compuserve.com/homepages/clt4

 
3) Cantar de los cantares, en esto pensad revista de edificación cristiana apartado 520 lima 100 Perú e-mail: pensad@iaxis.com.pe
 

4) Biblioteca electrónica fundamentos de esperanza

5) El conflicto de los siglos, Elena G. de White (CS)

Annfrank Robinson Rosario

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